Los profesionales y especialistas del proyecto Más Allá de las Fronteras, buscan mejorar la protección de las niñas y niños migrantes más vulnerables, la niñez no acompañada y/o separada (UASC) y los padres, madres y cuidadores en diferentes regiones del país. Todo ello con el apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos (BPRM) y World Vision. Conoce cómo es un día de su labor en la siguiente crónica.
Atención a niñas y niños en Chusacá
Desde muy temprano, los trabajadores humanitarios de la organización humanitaria World Vision del proyecto Más Allá de las Fronteras en Bogotá, se preparan para un día más en su misión de brindar apoyo a quienes más lo necesitan. El punto de encuentro es en San Mateo, una estación del transporte masivo de la ciudad y desde donde parten hacia el peaje de Chusacá (Vía Bogotá- Girardot); espacio de trabajo donde se atiende a la población migrante y refugiada en tránsito en una carpa humanitaria.
El Servicio Jesuita a Refugiados, el Consejo Noruego para Refugiados- NRC y el Comité Internacional de Rescate que funciona en articulación de Vía Esperanza (una estrategia para caminantes de la concesión Vía Sumapaz), brinda distintos servicios de atención a los refugiados y migrantes que cruzan por este punto de Cundinamarca. World Vision, apoya la iniciativa con un Espacio Amigable para la Niñez – EAN.
El camino hacia este lugar es un reflejo de la realidad que viven miles de personas en Colombia: familias caminando hacia el sur del país o de regreso a Venezuela, en busca de una mejor vida o del regreso a casa. A bordo del carro corporativo, los colaboradores llegan al punto de atención antes de cruzar el peaje, listos para extender una mano amiga a quienes se encuentran en esta travesía.
A las 8:00 am, el equipo encuentra familias enteras esperando alguna atención. Algunas de ellas aprovechan el momento para descansar y recuperar fuerzas, otras intentan conseguir la llamada ‘cola’ en las tractomulas para continuar su viaje y ahorrarse kilómetros de camino a pie. El personal humanitario se acerca, los saluda y los invita a la carpa humanitaria, un espacio cuidadosamente preparado para brindar una atención cálida e integral.
En este lugar, el equipo comienza por poner todo en orden, asegurando que el lugar sea acogedor y esté en óptimas condiciones higiénicas. Una vez que todo está listo, se comunican con la profesional de Vía Sumapaz, quien se encarga de dirigir a las personas que transitan por el peaje hacia la carpa. Es un momento clave para compartir información que dirigirán las dinámicas del día.
Con todo preparado, la atención comienza. Las personas son recibidas y los colaboradores se presentan junto con el proyecto Más Allá de las Fronteras. Se les informa sobre las políticas asociadas con la implementación del proyecto, y se ofrece orientación psicosocial y general, adaptada a las necesidades evidenciadas por cada persona. Luego, se realiza un registro de información y se entregan elementos como morrales, material didáctico para las niñas y niños junto con prendas de vestir, según la disponibilidad. Todo esto va acompañado de un refrigerio, un gesto de hospitalidad en medio de las dificultades.
Un aspecto particularmente significativo es la atención a las niñas, niños y adolescentes. Mientras los padres reciben la ayuda o servicio de las demás organizaciones de la carpa, los más jóvenes participan en el Espacio Amigable para la Niñez. Aquí, a través de actividades recreativas y educativas, se les enseña sobre sus derechos, las emociones, la salud e higiene, entre otros temas. Este espacio no solo les permite redescubrir su infancia, luego de llevar un caminar en el que tal vez han olvidado qué es ser niño, sino también aprender y fortalecer sus habilidades de autocuidado y protección.
Hacia las 4 p.m luego de la atención a la población, los trabajadores humanitarios regresan a sus hogares luego de dejar el espacio listo para el siguiente día y haber acompañado a las familias migrantes y refugiadas, sobre todo la niñez, en procesos de protección, activación de rutas con las entidades competentes en los casos que se requiera y el derecho al juego de la niñez.
Atención en el Terminal Salitre
De igual manera, la jornada en el Terminal Salitre comienza antes de las 8:00 a.m. El equipo se encarga de adecuar el espacio para que esté ordenado y limpio, lo cual consideran parte fundamental de una atención integral y de calidad. Identificados con sus elementos correspondientes, establecen comunicación con la profesional a cargo para conocer o novedades importantes para la atención.
Una vez que la atención inicia, los adultos son remitidos por los funcionarios de la Secretaría de Integración Social de acuerdo con sus solicitudes y necesidades. Al llegar al cubículo, son recibidos con una bienvenida y se les presenta el colaborador y el proyecto Más Allá de las Fronteras. El diálogo que se genera es desde la empatía y la calidad humana, con el objetivo de comprender mejor la situación actual de la persona y su núcleo familiar. Esto permite establecer acciones concretas que respondan a sus necesidades, acompañadas de un refrigerio y una charla sobre la importancia de la Crianza con Ternura y su impacto en el desarrollo de las niñas y niños.
Paralelamente, en el Espacio Amigable para la Niñez que está en el Terminal Salitre, se realizan actividades artísticas y juegos que promueven la diversión pero también el conocimiento de derechos de las niñas y niños, donde se refuerzan temas como hábitos de vida saludable y conocimientos escolares.
A lo largo del día, el equipo humanitario en Chusacá y el Terminal Salitre atiende a aproximadamente 90 personas y 30 familias respectivamente. La experiencia en el peaje de Chusacá es especialmente significativa con los niños, niñas y adolescentes, quienes a través de los Espacios Amigables redescubren su infancia y ejercen su derecho al juego mientras aprenden. En el Terminal Salitre, las familias llegan con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Incluso, muchas de ellas regresan después de unos meses para expresar su gratitud: "Gracias por ayudarnos... me gusta dar lo mejor de mí para mi familia y lo estoy logrando", menciona Keila*, madre migrante atendida en el Terminal.
Sin embargo, el agradecimiento es mutuo. Los colaboradores reconocen que ellos también han aprendido mucho de las personas a las que atienden: sobre valentía, esperanza, resiliencia y fe. "Gracias", dicen los trabajadores humanitarios, conscientes de que su labor no solo transforma vidas, sino que también enriquece la suya propia.
Este es el reflejo de un día de trabajo humanitario en Bogotá por profesionales y especialistas de World Vision, una labor que va Más Allá de las Fronteras físicas y que fortalece la dignidad y el bienestar de aquellos que buscan un nuevo comienzo.
Sobre World Vision
World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria, Advocacy (incidencia política y movilización), promotora de la justicia y de principios cristianos, centrada en la protección integral con ternura de las niñas y niños más vulnerables, incidiendo en la superación de la pobreza extrema, la plenitud de la vida y la transformación humana.
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Con el objetivo de complementar la respuesta de emergencia emitida por el Gobierno Nacional, la organización humanitaria ha emitido una declaración de emergencia para dar respuesta a las necesidades de las comunidades más vulnerables, principalmente en el departamento de La Guajira.
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