jueves 14 de agosto - 2025
Región Caribe
Yeison tiene 20 años y vive en Barranquilla. Su historia es una muestra de cómo la cultura, el emprendimiento y la educación pueden cambiar no solo una vida, sino también el entorno. Para él, una comunidad que muchos han señalado como conflictiva se ha convertido en el epicentro de su transformación personal y colectiva.
Desde pequeño, Yeison despertó su vocación por enseñar y su deseo de emprender. Todo ese liderazgo innato se potenció cuando una amiga de su madre le contó sobre Youth Ready, un proyecto de World Vision que fortalece habilidades para la vida, el liderazgo juvenil y el emprendimiento en jóvenes de comunidades vulnerables alrededor del mundo. Fue su madre quien lo animó a participar, sabiendo que tenía una clara vocación por el servicio social y la gestión comunitaria. Desde febrero de 2025, su vida tomó un nuevo rumbo.
Una de las primeras cosas que fortaleció en el programa fue su emprendimiento, una pequeña tienda virtual donde, junto a su mamá, vendía prendas tejidas a crochet. En Youth Ready no solo encontró motivación, también adquirió herramientas prácticas para crecer. Aprendió a llevar inventarios, organizar cuentas y reconocer a su público objetivo. Gracias a este proceso, amplió su oferta de productos.
Además del emprendimiento, Yeison es miembro de un grupo folclórico de cumbia en su comunidad, una agrupación que salvaguarda las tradiciones del Carnaval de Barranquilla. Desde 2020 baila cumbia con orgullo, pero no se quedó ahí. Se convirtió en formador de nuevos talentos, comenzando con sus primos y, poco a poco, consolidó un semillero de danza que hoy impacta a muchos niños y niñas del sector.
“Me apasiona enseñar, sobre todo porque no quiero que se pierdan nuestras tradiciones”, cuenta Yeison. Le emociona ver cómo sus estudiantes se sienten orgullosos de bailar, vestir los trajes típicos y reconocerse en la cultura barranquillera. “Cuando me ven en la calle me saludan, me preguntan cuándo volvemos a ensayar. Eso me llena”.
Ser parte de Youth Ready le ha permitido fortalecer su liderazgo y consolidar su identidad como joven comprometido. “No solo me ha ayudado con mi negocio, también me ha enseñado a ser un líder activo, un activista”, dice con gratitud. Esa visión lo ha llevado a querer algo más para su barrio. Sueña con romper los estigmas, cambiar narrativas y demostrar que Las Flores no es solo lo que se dice, sino también lo que se construye desde adentro. “Queremos más cultura, menos violencia. Más danza, más alegría”.
Pronto, Yeison participará en la Cumbre Nacional de Juventud en Bogotá. Se prepara con ilusión para llevar propuestas sobre empleo joven, economía verde y fortalecimiento de los emprendimientos comunitarios. También viaja con la esperanza de escuchar, aprender y regresar con ideas que pueda poner en práctica.
En su horizonte está abrir una boutique física de crochet, ofrecer clases para otras jóvenes del barrio y seguir tejiendo oportunidades junto a su madre. “Ella se está certificando para poder enseñar a otras mujeres. Juntas queremos crear un espacio donde se aprenda, se trabaje y se sueñe”.
Yeison no lleva capa, pero tiene el don de transformar. Lo hace con hilo, ritmo, escucha y compromiso. Su historia demuestra que, cuando se siembran oportunidades en tierra fértil, la juventud florece.
Sobre World Vision
World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria y Advocacy (Incidencia política y movilización) de principios cristianos, enfocada en el bienestar y la protección integral con ternura de niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Desde 1950, World Vision International ha contribuido con la transformación de millones de niños, niñas, familias y comunidades a través de programas de desarrollo, atención a emergencias y promoción de la justicia, sin distinción política, religiosa, de raza, etnia o género.