jueves 30 de octubre - 2025
Nacional
Cuando hablamos de World Vision, ¿alguna vez has asociado el nombre de Bob y Lorraine Pierce?
Quizá, si trabajas o conoces de cerca la organización, te suenen. Pero si no los has escuchado —o los conoces, pero no lo suficiente—, quédate y descubre más del corazón naranja; sí, ese que Dios decidió pintar de ese color.
¿Me creerías si te digo que sí se puede cambiar el mundo? Suena como una frase soñadora, lo sé. Cada vez que intentamos hacerlo, pensamos que el mundo es tan grande y los problemas tan inmensos, que parece imposible mover algo. Pero déjame mostrarte cómo comenzó una historia que demostró lo contrario.
En la década de los 40, ser niño en Asia era un desafío. Tras la Segunda Guerra Mundial (que terminó en 1945), China quedó devastada por años de invasión japonesa (1937–1945), con graves tensiones internas, inflación y una profunda crisis económica.
Si en este contexto querías estudiar, leer un libro en la noche con tu mamá o hacer un plan para ir al parque, estos
sueños eran imposibles.
Y quizás te preguntes: ¿qué tiene todo esto que ver con cambiar el mundo… o con conocer a Bob y Lorraine?
No sabemos si esas fueron exactamente las preguntas que se hicieron, pero sí sabemos que en la Biblia que le pertenecía a Bob, había una frase escrita que marcó su vida:
“Que mi corazón se quebrante por las cosas que quebrantan el corazón de Dios.”
Una oración profunda, que movió no solo un corazón, sino miles de corazones alrededor del mundo.
En 1950, Bob y Lorraine fundaron World Vision en respuesta a esa frase y al sentir que Dios puso en sus corazones: frente a la realidad de una niñez sin oportunidades, sin sueños, sin posibilidad de imaginar si algún día serían doctores, doctoras, profesores, profesoras, abogados, abogadas, misioneros, misioneras y por qué no… trabajar en el sector humanitario
La historia cuenta que la decisión nació después de que Bob conociera a un niño abandonado y decidiera no mirar hacia otro lado.
Con solo cinco dólares en su bolsillo, entendió que necesitaba involucrar a más personas para lograr una solución duradera y un impacto más grande.
Inicialmente con sede en Oregón (EE. UU.), World Vision se enfocó en la atención a emergencias y en el servicio misionero en Asia Oriental.
Hoy, más de 75 años después, es la mayor organización con principios cristianos de ayuda humanitaria y desarrollo, presente en casi 100 países.
Pero Bob no era un hombre rico ni con estudios universitarios. En el libro Descubriendo la vida de fe audaz de mi padre: Bob Pierce, su hija Marilee Pierce Dunker escribe:
“¿Cómo equipó Dios a un joven evangelista pobre y desconocido, que nunca se graduó de la universidad, para un ministerio que lo llevó a los confines del mundo como evangelista, cineasta, locutor de radio, corresponsal de guerra y fundador de World Vision y Samaritan’s Purse?
¿Y por qué Dios eligió a Bob Pierce entre esa generación de personas que cambiaron el mundo?”
Ella narra cómo su padre nunca se rindió, ni siquiera en momentos de profunda decepción.
“En cambio, levantó la mano una y otra vez sin miedo, diciendo: ‘Aquí estoy, Señor. Envíame a mí’.”
Dios lo colocó en lugares clave de la historia entre 1947 y 1977:
- Estuvo en Shanghái como evangelista, pocos días antes de que China cayera en manos de los comunistas.
- En Corea del Sur, antes y durante la guerra, sirvió como corresponsal de la ONU.
- Fue uno de los últimos civiles en salir de Saigón durante la guerra de Vietnam.
Entre esos momentos viajó por el mundo más de cincuenta veces para predicar el evangelio y llevar esperanza a cientos de miles de personas.
World Vision, desde su fundación ha permanecido fiel a su llamado: proteger y cuidar a la niñez y a quienes más lo necesitan.
Desde Bob Pierce hasta líderes como Stan Mooneyham, quien en 1979 compró un barco para rescatar familias de refugiados en el mar de Vietnam, la organización ha ido donde otros no llegan. Incluso en los lugares donde es difícil ser niña o niño, Dios está ahí, y nosotros también deberíamos estarlo.
Porque nuestra misión continúa.
¿Y por qué conocer esta historia ahora?
En Colombia y Venezuela, octubre es el Mes de la Biblia, y mientras pensaba “¿cómo puedo cambiar el mundo?”, recordé dónde trabajo, quién guía nuestro trabajo y quién, un día, también se hizo esa misma pregunta.
Quiero invitarte a que, en este mes, en tu tiempo de oración y lectura diaria, le preguntes a Dios:
“¿Cómo puedo ser parte de este cambio?”
No sé si serás el próximo Bob o Lorraine, pero sí sé que serás el próximo tú, esa persona que, con sus oraciones y acciones, transformará su entorno.
Y si quieres ser parte de esta visión, puedes unirte a nosotros.
Porque el mundo sí puede cambiar…
cuando dejamos que Dios lo haga a través de nosotros.
Con cariño: Linda Cruz profesional Digital para World Vision Colombia y Venezuela
Sobre World Vision
World Vision es una organización global de desarrollo, ayuda humanitaria y Advocacy (Incidencia política y movilización) de principios cristianos, enfocada en el bienestar y la protección integral con ternura de niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Desde 1950, World Vision International ha contribuido con la transformación de millones de niños, niñas, familias y comunidades a través de programas de desarrollo, atención a emergencias y promoción de la justicia, sin distinción política, religiosa, de raza, etnia o género.